El grupo Carpi de Trinidad organizó una misión del 19 al 21 de abril en la ciudad de Rodríguez, de la diócesis de San José en Uruguay. Participaron alumnos de séptimo, octavo, noveno grado y de cuarto año de Secundaria, de nuestro colegio.
Durante esos días, los chicos recibieron formaciones con el eje temático “Soy luz para el mundo”. A su vez, tuvieron la oportunidad de compartir la experiencia con el grupo de jóvenes de la ciudad, quienes los acompañaron en esa misión.
Una de las actividades más destacadas fue la visita casa por casa a las familias de la ciudad. Esta experiencia no solo permitió a los alumnos conocer de cerca la realidad de la comunidad, sino también llevar el mensaje de Jesús a cada hogar.
Asimismo, los misioneros organizaron una tarde de magia y juegos con los niños de la ciudad, participaron de la misa y finalizaron el encuentro con una celebración.
En la misión los alumnos tuvieron la oportunidad de conocerse más entre ellos y a los chicos de la parroquia, además, de que pudieron entender y vivir un poco más de cerca la situación en Rodriguez.
Para poder conocer un poco más de esos días te invitamos a leer los siguientes testimonios de dos alumnas, Guadalupe Martín y Emma Arocha, que quedaron muy conmovidas por la experiencia.
Testimonio Guada:
Hace unas semanas fuimos al departamento de San José, fuimos a misionar a Villa Rodríguez. Esta primera experiencia del año fue encantadora. Además de conocer a gente muy bonita, en especial a los chicos de la parroquia, pudimos conocer un poco más a fondo la situación por la que está pasando Rodríguez… Y es algo que no me preocupa solo a mí, también es algo que estuvo presente cuándo salimos a misionar por las calles.
En lo personal, me encantó la Misión ¡Fue una muy linda experiencia! Tuvimos lindos momentos, algunos de los que más destaco son: aquellos que nos ayudaron a conocernos mejor y a tener más confianza con nuestro grupo, más que nada los chicos que se integraron este año; o cuando hicimos las actividades con los niños, donde hubo magia y juegos. Uno de los momentos que más nos gustó a todos fue conocer a los chicos de la parroquia, en especial, su amabilidad en recibirnos, y el habernos incluido bien.
También, fue muy lindo cuando las personas nos abrieron la puerta de sus casas cuando caminabamos por las calles, buscando ir al encuentro y a recordar a la gente que siempre hay esperanzas, que siempre podemos tener fe. Cada persona contó su historia. Si bien, algunos no creían en Dios, siempre fueron muy amables y nos escucharon; tanto en ellos como en nosotros, siempre estuvo presente la ‘escucha’ y eso fue maravilloso.
Si tuviera que escribir una frase sobre lo que vivi, sería: “Caminemos con la frente en alto; que el mundo se enteré que estamos aquí para compartir nuestra fe, vamos y venimos a dar vida”.
Para mí, «Caminemos siempre con la frente en alto», se refiere a que, a pesar de tener algún parche en el camino, siempre vamos a tener fuerzas para seguir, seguir manteniendo «nuestra frente en alto». La segunda parte de la frase significa que quizás, solo tenés que abrirte a Dios y dejarte llevar. Dejate llevar por su sencillez y pureza, que cuando salgas a la calle en nombre del Señor transmitas esa paz, esas ganas de vivir y cumplir el sueño que Dios tiene para nosotros y las ganas de salir al encuentro de los demás.
En conclusión, ¡fue una muy linda experiencia! A pesar de ser la primera misión de algunos, fueron todos muy respetuosos y estuvo todo muy bien.
Guadalupe Martín de 15 años 👆🏻👆🏻
Testimonio Emma
Lo que más me gustó de la misión fue: poder conocer gente y lugares nuevos, además, del grupo re lindo que se formó entre todos, tanto con los chicos de Rodríguez como con los chicos de CARPI. Una de las cosas que más me impacto fue cómo la gente nos recibía cuando salíamos a recorrer y contar de dónde somos y qué hacíamos. Siento que no hay una sola palabra para describir lo que viví, pero, si tuviera que describir la misión en una, sería Felicidad. La elijo, porque siento que fue algo super lindo y la pasamos re bien todos. El sábado hicimos los juegos con los niños y merendamos todos juntos. Me acuerdo de una niña chiquita que apenas llegó se sentó al lado mío, y estuvo todo el tiempo ahí, y cuando estábamos terminando, ella me abrazó y eso me dejó re contenta. Recibir ese abrazo me hizo sentir que con esa tarde divertida, cambiamos algo en los niños y que habíamos generado un ambiente re lindo, en el que ellos también pudieron disfrutar.
Emma Arocha de 13 años