San José es para nosotras, la personificación de la Providencia del Padre y nos enseña el absoluto abandono a la voluntad de Dios, a estar disponibles ante el Misterio, el trabajo oculto, la donación y la entrega de sí, ser capaces de contacto hondo y silencioso con Dios y con los hombres.
Como María, estamos llamadas a ser maternas, acogedoras, capaces de escuchar, comprender y perdonar, a abrir el corazón a la plena maternidad espiritual para que Cristo nazca y crezca en las almas.
Santa Teresa de Jesús, con quien Madre Camila se identifica en muchos aspectos y quiso, que descubriendo el precioso tesoro de la Pobreza, podamos decir con verdad: “Solo Dios basta”.