Etapas

El camino de la vocación josefina.

La formación es para nosotras, una permanente y continua docibilitas de hijas confiadas y abandonadas en las Manos Amorosas del Padre, para dejarnos Configurar con Cristo Pobre, su Hijo amado. Se trata de asimilar los sentimientos de Cristo durante toda la vida hasta llegar a decir: “ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí. (Gal. 2, 20).

En este Itinerario formativo, es “Dios Padre el Formador por excelencia”(VC n66). El mismo Jesús, se dejó formar y plasmar según “la forma de vida” querida y propuesta por el Padre (VC n22).

Nuestra formación abarca todos los ámbitos de la vida: toda la persona, corazón, mente y voluntad tiene que estar orientada armónicamente y movida por el objetivo de la formación josefina.

Aspirantado.

Las jóvenes, que habiendo escuchado la invitación de Jesús de seguirlo Pobre, Casto y Obediente y al estilo de Madre Camila, deciden dejarlo todo por Él y comienzan el primer período de formación inicial: el Aspirantado.

El Objetivo de esta etapa es:

Descubrir la Paternidad de Dios como el Dueño y Señor de todo, que le ayude a conocer sus limitaciones y a confiar en su Providencia.

Aspirantado

Postulantado.

En esta etapa, se acompaña a la joven a discernir y a descubrir con mayor claridad el Proyecto del Padre sobre su vida y a comprobar si posee las condiciones para vivir la vida consagrada como Josefina.

El Objetivo de esta etapa es:

Crecer en la intimidad con Jesús “Hijo Amado del Padre”.

Noviciado.

Esta etapa está proyectada para que las novicias tomen conciencia de la vocación Josefina y con una disposición interior cada vez más clara y decidida: Hacer de Cristo el centro de su propia existencia sirviéndolo personal y comunitariamente según el carisma específico del Instituto.

El Objetivo de esta etapa es:

Hacer de Jesús el único Amor, la única Riqueza y el único Proyecto, intensificando su relación personal con Cristo en su misterio de pobreza y anonadamiento, con una particular acentuación en su abandono filial al Padre.

Juniorado.

El Juniorado es un período de maduración de la formación recibida. Se trata para las jóvenes recién profesas, de recoger los frutos de las etapas precedentes y de continuar su propio crecimiento humano, psíquico y espiritual por la vivencia del compromiso adquirido en la Profesión Religiosa. Durante este tiempo, la Juniora renueva los votos temporales cada año.

El Objetivo de esta etapa es:

Vivir radicalmente la opción por Cristo Pobre, filialmente abandonado en las Manos del Padre, único Amor, única Riqueza, único Proyecto, en continua docilidad al Espíritu, que se manifiesta en actitudes de vida fraterna y entrega a la misión.

Hnas. Pobres Bonaerenses de San José

Vale más, hijas, un solo día de Josefina que todo el oro del mundo.

Madre Camila.