Más de 100 mil personas participaron de la celebración de la Santa Misa desde la Basílica de Nuestra Señora de Luján (Argentina).
Como Josefinas, estuvimos presentes y vivimos todo en un clima de verdadera oración, rodeadas de personas de todas partes del País, de todas las edades y estados de vida.
Organizada por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), la ceremonia fue presidida por Mons. Oscar Vicente Ojea, Obispo de San Isidro y Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina.
Monseñor dijo que son “millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes” que “tienen la profunda convicción de que hay vida desde la concepción y que una persona distinta de su madre va desarrollándose en su seno”. Y afirmó: “En realidad valoramos y defendemos los derechos de toda vida y de cada vida. De toda mujer y de cada niño o niña por nacer”.
Al finalizar la santa Misa, una judía, una católica, una musulmana alauita y una evangélica bautista leyeron una oración interreligiosa. Nos emocionó escucharlas por eso, compartimos la oración hecha por dos de ellas:
Ángela Waksman, judía, casada, madre y abuela.:
«Como mujer judía que he sido honrada para dar este mensaje invoco a nuestras matriarcas bíblicas Sara, Rebeca, Rajel y Lea, quienes fueron los pilares del pueblo de Israel. Recuerdo a aquellas a quienes a lo largo de nuestra historia demostraron fortaleza e integridad, enfrentaron prejuicios y custodiaron los valores éticos que guían al pueblo judío, en especial a las valientes mujeres judías que enfrentaron al enemigo de la humanidad durante la Shoá, el Holocausto, en guetos, bosques y campos de exterminio y que eligieron no ser pasivas ante la maquinaria nazi, y a Justas por la Humanidad, mujeres católicas, musulmanas, protestantes que salvaron a miles de judíos a pesar del peligro que ello implicaba. Rindo mi homenaje a todas las mujeres que a diario trabajan, estudian, educan y mantienen a sus familias. Que Dios nos inspire en nuestra lucha cotidiana por el respeto, la defensa de la dignidad, en contra de la violencia de género, por una sociedad mejor y de esta forma cumplir como nos enseña la tradición judía el Tikum Olam (reparación del mundo) para que todos podamos vivir en paz y armonía. Muchas gracias.»
Hebe Estenave de Caramutti es evangélica bautista, casada hace 49 años, madre y abuela, escribana y abogada:
«Señor y Padre nuestro que estás en los cielos, en el Día Internacional de la Mujer, te agradecemos haberla creado, a partir de la costilla del hombre, a tu imagen y semejanza, para que, como la Biblia lo dice, sea su ayuda idónea y nunca jamás su sirvienta y mucho menos su esclava. Por eso, en el nombre de Jesucristo, clamo por aquellas mujeres que están sometidas a violencia de todo tipo, golpes, agresiones, abusos, explotación sexual y laboral, esclavitud, servidumbre y otras prácticas análogas. También pedimos por los grupos más vulnerables, niñas, migrantes, discapacitadas, etc. que suelen ser engañadas con mayor facilidad. Afirmamos que para vos, Señor, ninguna persona es ni puede ser tratada como una mercancía sujeta a la trata, que atenta directamente contra su dignidad y libertad. Dios todopoderoso, te pedimos que actúes para que las sometidas a esta condición sean liberadas, restauradas, sanadas y puedan perdonar, como Tú perdonas. Finalmente, queremos reconocer que nos hemos alejado de Ti, y por ello te pedimos que perdones nuestros pecados y podamos cambiar. Para que nuestra amada Patria se levante como una nueva y gloriosa nación. Oramos en el todopoderoso nombre de Jesucristo».