En el marco del «Año de la Oración», que prepara al Jubileo «Peregrinos de la Esperanza» este sábado 26 de octubre, en la diócesis de San Miguel, Argentina, se realizó la Jornada Diocesana de la Juventud, bajo el lema «Enamorados para que el mundo crea». Se brindaron talleres en los cuales se compartía el modo de orar de distintos santos; entre ellos, nuestra Venerable Madre Camila. 😇
Participaron muchos jóvenes del «Movimiento Desafío» y del retiro «Si Conocieras el Don de Dios».
Te regalamos lo que compartimos sobre “Madre Camila y la Oración”:
LA ORACIÓN, EN LA VENERABLE MADRE CAMILA DE SAN JOSÉ ROLÓN
Madre Camila tenía un corazón CONFIADO, ENAMORADO Y AGRADECIDO.
Esto nosotros lo sabemos especialmente por las Cartas a sus Hijas y a sus familiares, en las cuales no se cansaba de recomendarlo de muchas maneras y de aconsejar medios para ello. Y podríamos decir que el principal es LA ORACIÓN, porque sus escritos revelan que ella vivía constantemente en diálogo confiado, amoroso y agradecido con Dios, incluso mientras le escribía a otra persona. Por ejemplo:
“Sí, hijas, digamos con gran entusiasmo Viva Jesús, Viva María, Viva José, Viva Teresa de Jesús y Viva Isidro Labrador, que todos estaban entre una lluvia de azucenas, colgaduras y velas. ¡Oh! quién como Dios. Viva Jesús en el Smo. Sacramento. OH SAGRADA EUCARISTÍA, DESDE ESE SAGRADO TABERNÁCULO A TODAS NOS UNÍS. No hay distancia para los que se aman…” (Roma, 19/03/1912) [Madre Camila le escribe a las Hnas. de Muñiz, para la Solemnidad de San José].
Esta misma particularidad podemos observarla en algunos Salmos, cuando el autor sagrado está hablando sobre Dios y de repente le habla a Dios y luego sigue como había empezado.
En ella eran una LA ORACIÓN Y LA ACCIÓN. Y tan viva tenía la certeza de la PRESENCIA REAL de Jesús, Dios mismo, en la Eucaristía.
En esa cita de Madre Camila se vislumbran aspectos de su ESPIRITUALIDAD; es decir, de su modo de ser y obrar, que se manifiestan en cómo rezaba y actuaba, y lo vamos a apreciar también en otras citas:
Roma, Febrero 12 de 1912: “… Que todas seáis muy Eucarísticas, Marianas, Josefinas, y no se aflijan, que si sirven a Dios con generosidad, nada les fallará… sed constantes guardianas de Jesús sacramentado y aquí lo hallaréis todo…”
Bella Vista, Marzo 21 de 1910: “…a la oración y a las frecuentes visitas al Smo. Sacramento, Manantial de gracias de donde el alma sale regenerada y con valor para combatir nuestro orgullo y vanidad, únicos y más terribles enemigos domésticos, que a cada momento nos tiranizan, pero que en nuestra mano nos ha puesto nuestro buen Jesús al remedio, pues CON SÓLO UNA MIRADA AL PESEBRE, A NAZARET, AL CALVARIO Y AL SAGRARIO, sentimos clara y sensiblemente: «Venid a mí todos los que padecéis y estáis abrumados, que yo os aliviaré”. ¡Oh! Qué consolación siente mi alma al escribir estas palabras y estas otras, que son como un bálsamo: «Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón»… Sólo Dios basta, con que querida, arriba los corazones, sólo Dios basta…”
Cita bíblica en la que se inspira el carisma que el Espíritu Santo puso en el corazón de Madre Camila, la santa pobreza evangélica, y que denota la confianza en Dios:
Mt 6, 31: “No se inquieten entonces, diciendo: «¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?». Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.”
Bella Vista. Enero 6 de 1907: “fuera temores, que Dios es nuestro amoroso Padre.”
Bella Vista. Setiembre 25 de 1903: “no hay más que echarse en los brazos amorosos del Buen Señor, y dejarnos guiar como los niños y de aquí tanta Paz.”
Bella Vista. Junio 15 de 1908: “La santidad está en tener mucha confianza en Dios.”
Roma, Julio 1° de 1912: “Dios me conoce, y cuanto más miserable me miro, tanto más me alientan las Misericordias del Señor.”
Génova, Octubre 31 de 1909: “Que ardan las lámparas de esos corazones como ascuas encendidas, delante de Jesús Sacramentado, para dar gracias al Señor, Padre celestial y Dios de todo consuelo por tantos y tan grandes beneficios recibidos de su infinita bondad y Misericordia. Así sea.”
Releyendo cada una de sus cartas encontramos muchas “pistas” para vivir la Oración, y como ir de la Oración a la entrega de la vida, en la vida cotidiana.