Oración para todos los días
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón queremos reconocerte en el niño que nace en Belén. Prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. No cierres tus oídos a nuestra oración para que meditando el misterio de la encarnación, sigamos más de cerca, con Espíritu de hijos, al crucificado que ha resucitado. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Presentación del personaje del día
San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son el burrito y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; el burrito recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén. En estos dos animales, se representa toda la armonía de la naturaleza que llega a su plenitud en Jesucristo. También se nos recuerda que a aquél a quien nadie quiso recibir en su casa, fue calentado y acogido por estos animales. Escuchemos lo que nos dice el profeta.
Lectura Bíblica: Is 11, 1-9
Saldrá una rama del tronco deJesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor-. Él no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas. El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en compañía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey. El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar.
Meditación
Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. El burrito y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones inhumanas! El nacimiento de este Rey de la gloria, es una denuncia a todos los atropellos que se cometen a los hermanos. La naturaleza no podrá encontrarse en paz mientras los hombres y mujeres no aprendamos a vivir en armonía tanto entre nosotros como con el resto de la creación. Y para poder ser solidarios debemos comenzar por hacernos pobres, tanto que seamos libres para proclamar con nuestras vidas que el lobo habita con el cordero. ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados? ¿Cómo lo demuestro? ¿Valoro la naturaleza y la respeto como parte de la creación?
Oración final
Al ver al biurrito y el buey, Señor, vemos el regalo que nos has hecho en la creación. Te pedimos perdón por aquellos que con intereses mezquinos cada día acaban con parte de la naturaleza. También te pedimos perdón por nosotros, porque muchas veces no sabemos ser solidarios con quien nos necesita. Danos un corazón de carne, para que sepamos ser misericordiosos y dar nuestro calor humano a los demás. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.