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Misión-Convivencia en Bánica, Rep. Dominicana

¡Del 15 al 25 de Julio realizamos una Misión-Convivencia en Bánica, Rep. Dominicana! 🤩

➡️ Fueron once las jóvenes que vivieron esta hermosa experiencia. Madre María González, que está en una de nuestras Casas de Norte América, viajó con algunas de las jóvenes. También, las acompañó la Madre General, M. Florencia, que viajó desde Argentina, y nuestras Hermanas de la comunidad de Bánica, que las esperaban junto a otro grupo de jóvenes.

Durante la misión visitaron familias de los distintos poblados y celebraron el día de la Virgen del Carmen recibiendo el Santo Escapulario. También festejaron el Aniversario del nacimiento de nuestra Madre Camila en el pueblo de Sabana Cruz. Todo culminó con tres días de convivencia vocacional, con el lema: “Ven y veras” 🙏🏽🤎

Les compartimos el testimonio de Katy, una de las jóvenes misioneras, de 16 años:

No hay palabras para expresar lo mucho que disfruté esta misión. El plan era ir con mi hermana, pero los planes cambiaron y ella no pudo ir. Me daban muchas dudas ir sola, pensando que yo no era capaz … Y esa duda se convertía en miedo. Llegó el día del retiro de preparación y durante el primer día tenía miedo de ir a esta misión. Durante el retiro tuve tiempo para hablar con Dios y entregarle todos mis miedos y preocupaciones. Yo le dije: “Si tú quieres que yo vaya a esta misión, tú me darás la fuerza para que pueda ir, Señor”. El último día del retiro terminé saliendo con una alegría inmensa y una emoción para ir a la misión.

Cuando estábamos en Bánica sentí una fuerza muy grande, me levantaba con mucho ánimo y siempre bien temprano. Cuando visitábamos la casas siempre experimentaba la alegría de todas las personas por el amor que ellos nos daban al recibirnos. Las personas que viven en Bánica siempre tenían una sonrisa en su rostro. El segundo día de la misión, con mi grupo entramos en una casa, y aprendí mucho de la pareja que vivía ahí; el señor nos dijo: “Si tú amas tanto a Dios, no se te hará difícil de soltar las cosas que no son buenas para ti”… y esas palabras siempre se quedarán en mí. El último día de la misión, fue el que más me impactó, en el pueblo de Guaroa, en la primera casa que entramos nos encontramos con 7 niños. Uno de ellos tenía en sus brazos un niño de 6 meses, él nos dijo que el niño no había comido desde el día anterior, porque se le había acabado la leche y que su madre estaba enferma. Eso me dolió tanto en el corazón… yo en ese momento, quería darles todo lo que tenía. Salí de esa casa con lágrimas en mis ojos. Llegando a otra casa, dos niñas salieron corriendo hacia mi y me dieron un abrazo tan grande, que sentí una paz enorme, y esas niñas no nos querían soltar. En ellas pude sentir la paz y el amor de Dios. Ese mismo día, un niño de 6 años me tocó el corazón, porque el caminaba en la calle sin zapatos, y hacía mucho calor, pero él no decía nada, siempre estuvo con una sonrisa. A la tarde, cuando nos reunimos con todo los niños me lo volví a encontrar, las otras jóvenes que estaban en la misión le dieron un globo y él abrazaba el globo con tanto amor, era tan feliz por un globo y yo pensaba como: «wow, yo a veces ni me alegro con un abrazo que me dan». Le dieron ropa y arroz para llevar y él llenaba su bolsa con tanta alegría y abrazaba esa bolsa con tanto amor por lo que se llevaba.

Estoy muy agradecida con Dios por haberme llevado a esta misión y me darme las fuerzas para poder seguir adelante. Aprendí que tenemos que ser muy agradecidos por lo que tenemos, ser alegres y amar, disfrutar cada momento de la vida. Conocí a mucha gente increíble que siempre estarán en mi corazón, personas con quienes pude compartir mucho y tener una linda amistad y que me ayudaron de muchas maneras. Llegué a casa con una alegría y agradecimiento por todo lo que tengo y también con un amor más grande a Dios. Llegué con un deseo de seguir misionando y ayudar a las familias necesitadas. Espero que el próximo año pueda volver a ir a esta misión. Gracias, también, a Madre Florencia y Madre María, a las Hermanas Patricia, Rollande y Eneyda, a Lilly, Orel, Pocho; y las Hermanas que cocinaban, por todo el apoyo, la fuerza y la alegría que los dieron💕

Fueron días de misión, oración y fraternidad, días de muchas gracias y bendiciones! Recemos por ellas y por los frutos de esta misión! 🙏🏽

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