El Papa Francisco nos ha regalado en estos días, la Carta apostólica “Admirabile signum” sobre el significado y el valor del pesebre. El santo Padre invita a todo el pueblo cristiano, a no perder esta bella tradición:
«El pesebre forma parte del dulce y exigente proceso de transmisión de la fe»: no importa cómo se construye, «lo que importa es que hable a nuestras vidas», diciéndonos el amor de Dios por nosotros, «el Dios que se hizo niño para decirnos lo cerca que está de todo ser humano, en cualquier condición en que se encuentre», y para decirnos que «aquí es donde está la felicidad».
En muchos hogares se elige un lugar de la casa y en familia se arma el pesebre. Esperando que esta práctica nunca se debilite; más bien sea descubierta de nuevo y revitalizada, animamos a todos a improvisar una pequeña cueva y colocar dentro a María y a José esperando, como nosotros también esperamos, el nacimiento del Pequeño Niño de Belén, Dios hecho Hombre por amor a cada uno de nosotros.
Compartiremos en estos de días de adviento y hasta llegar a la Navidad, los pesebres que se están armando en cada una de nuestras comunidades Josefinas.
Y les regalamos una novena de Navidad con textos de la Carta Apostólica y la hacemos acompañado de la presencia de nuestra Venerable Madre Camila.