Nuestras Hermanas presentes en República Dominicana nos comparten su experiencia, un año después de fundar nuestra primera comunidad en Bánica…
Te compartimos sus testimonios:
“Habiendo pasado un año aquí en República Dominicana, hoy en día, puedo decir que el Señor ha hecho maravillas conmigo. Fue un año de vivir plenamente la confianza en Dios que se encarga de su hija, un año de experimentar el dejar a todos, para encontrar al TODO que es el Padre; también fue un año de abundancia, de Gracia, que me dejó ser modelada por Jesús, aprendiendo mucho la cultura de este país, así como, sentir, enfrentar y vivir la realidad que se presenta cada día. Para mí todo es nuevo, pero solo la Gracia de Dios me ayudó a no temer a mis miedos y preocupaciones. Así que, hoy en día, junto a la madre Camila, confirmo: No hay nada más que echarse en los brazos amorosos del Padre… Y de ahí tanta paz!”
– Hna Rollande
“Quiero contarles lo que significa para mí todo este año recorrido; es un antes y un después en mi vida consagrada. Todo lo que viví anteriormente fue una preparación de despojo y de confianza en su Divina Providencia Siento que vivo nuestro carisma en plenitud. Estar en esta misión, me lleva a alabar a Dios por lo que fue haciendo en cada una de nosotras, en las tres hermanas que estamos en esta comunidad; el conocernos, el aceptarnos unas a otras tal como somos; salir de nuestras propias fronteras interiores… Es un gran desafío, el aceptarnos desde la realidad de cada una y desde la cultura de cada una y saber que todas tenemos el mismo deseo: dar a Jesús, compartir la fe y nuestro carisma. Para mí es una riqueza enorme dar desde mi nada, porque todo lo hace Dios. También, dejarme evangelizar por los pobres que son ellos los que me van guiando en esta búsqueda de Jesús de cada día, viviendo la misericordia ante la vulnerabilidad del hermano que está a mi lado, transmitir que Dios es amor, que tenemos un Padre y que nos abraza en nuestra pobreza.”
– Hna. Patricia