Por estos 10 años en la Casa del noviciado en Madagascar, nuestras hermanas nos regalan una oración de agradecimiento que hicieron todas juntas.
El 9 de agosto del año 2014 llegamos a esta Casa. Ya son 18 Hermanas quienes pasaron por esta Casa, y ¡serán mas! ¡Madre Camila está feliz por sus hijas Josefinas en estas tierras!
ORACION DE AGRADECIMIENTO
“Grandes y maravillosas son Tus obras Señor Dios todopoderoso, justos y verdaderos Tus caminos”. Ap. 15,3
Gracias Padre por Tu Amor y Misericordia que nos colma cada día. Gracias por Tu providencia que nos sostiene, cuida, provee y alienta a buscar siempre el Reino de Dios y su justicia.
Jesús, Hijo amado del Padre, hacia Ti nos dirigimos. Dándote gracias por habernos llamado a seguirte, imitando Tu pobreza. Siendo como Tú, hijas de alabanza y obediencia al Padre. Glorificándolo en el servicio a los pobres para la salvación de las almas.
Espíritu Santo, Tu que suscitaste en la Madre Camila un alma misionera, hoy Te damos gracias por la semilla sembradas del carisma en nuestra tierra, por los sacrificios misioneros de nuestras hermanas y por los frutos vocacionales.
Gracias por estos diez años de esta bendecida casa de formación: Noviciado San José Madagascar, donde nos formamos y crecemos en la unión con Dios, a través de la oración, el silencio y del trabajo para salir como verdaderas Josefinas y servir en la Iglesia con caridad desinteresada.
Padre San José, custodia nuestra vocación. Tu que eres nuestro maestro en la vida espiritual, ayúdanos a mantener una fe viva en Dios nuestro Señor.
Virgen del Carmen, Madre de la vocación, tu eres el modelo del FIAT al Padre. Ayúdanos a responder con disponibilidad diciendo sí a la Voluntad de Dios.
Santa Teresa de Jesús, enséñanos a ser esposas fieles de Cristo e hijas de la Iglesia.
Madre Camila, gracias por el tesoro de la pobreza evangélica que nos dejaste como herencia. Ayúdanos a confiar y a abandonarnos hasta llegar a decir como tu: “Habiendo vivido en las llagas amorosas de Jesús Crucificado, y por Su Gracia, abandonada enteramente a la Voluntad de Dios y abrazada al Santo árbol de la cruz, quiero también morir clavada en Él, libre de todo apego a las criaturas, para poder decir con verdad: Solo Dios basta”.
Por Jesucristo nuestro Señor. AMÉN.
Escuchá la oración de las hermanas:
