Criolla Santa
Fama de Santidad.
Madre Camila siempre fue considerada una persona de mucha virtud y tuvo fama de santidad durante toda su vida. Así dan testimonio quienes la conocieron:
“Era muy estimada por mi familia y por todos los que la trataban por su virtud, bondad y delicadeza (…). Siempre en todo tiempo la Madre Camila fue muy apreciada en mi familia y en los últimos años considerada como una santa, llena de méritos por sus virtudes y caridad extraordinaria”. (Mons. Marcos Ezcurra)
“La Madre Camila hablaba siempre como si estuviese frente a Dios y como si siempre orase en su presencia: ¡como si lo viese!” (Cardenal A. Caggiano)
“Pude conocerla mientras vivía… inteligentísima, pero al mismo tiempo simple y humilde: llena del fuego de la caridad divina y toda corazón para los abandonados, para los huérfanos” (P. Abate)
“Se levantaba de noche, en el crudo invierno e iba al dormitorios de los niños asilados para ver si estaban suficientemente abrigados. Sé también, porque lo he presenciado muchas veces, que nunca se sentaba a la mesa sin haberse asegurado antes de que los asilados hayan comido bien y de qué hayan comido” (Doña. Ema Pereyra de Meira)
“Acostumbraba tratarnos con gran cariño igualando o superando ampliamente en afecto a nuestros mismos padres. Se interesaba por cada una, se informaba de las necesidades de cada una, deseando que no nos faltara nada….se mostraba muy humilde y se entretenía cordialmente con todas nosotras, como si fuera una madre…” (Doña Ermelinda Palenghi, antigua pupila)
“Magnífico ejemplar criollo, consumida como la lámpara del santuario exclusivamente en el servicio de Dios y de sus hermanos los huérfanos, los pobres, los desheredados, los abandonados, los ancianos decrépitos, los indefensos por naturaleza: los niños y los enfermos.” (P. Amancio González Paz
“Ha muerto una santa”.
La Madre Camila muere el 16 de febrero de 1913 en Roma. Después de su muerte, concurrieron a venerar su cuerpo: pobres y ricos, numerosos argentinos residentes en dicha ciudad, el embajador argentino, cardenales, los alumnos del colegio Pío Latino, sacerdotes etc., y todos decían: «Ha muerto una santa».
De esta fama de santidad es clara prueba la acogida hecha a sus restos venerables al llegar al puerto de Génova y en modo particular a Buenos Aires, donde aconteció algo sin precedentes: que una mujer fuera velada en la Catedral Metropolitana, donde una multitud desfiló mientras su cuerpo estuvo expuesto; y posteriormente en Muñiz, donde fue sepultada. Esa fama de santidad fue en aumento, cada día más.
No quedó diario, revista o periódico que no tributara elogios a la Madre y diera noticias de su muerte, obras realizadas y entierro
Así, todas las publicaciones grandes y pequeñas de la capital y pueblos de las provincias, con fotografías de Roma, del entierro y funeral, hicieron circular la noticia y recordar las obras y virtudes de esta mujer, hija de la Iglesia, amante de su patria y de la humanidad.
Proceso de Beatificación.
Como consecuencia de esta fama de santidad, después de su muerte se dieron los pasos concretos para la Introducción de la causa de beatificación.
El 2 de Abril de 1993, S.S. San Juan Pablo II firmó el decreto sobre la heroicidad de sus virtudes,
DECLARÁNDOLA VENERABLE. Con esto, ella es propuesta como modelo para los caminos de santidad a la que todos
estamos llamados; y como intercesora por nosotros ante Dios.
El Magisterio de la Iglesia reconoció la santidad de nuestra Madre Camila de San José Rolón.
En el año 2016, se comenzó a estudiar un milagro atribuido a la intercesión de la venerable Madre Camila, ocurrido en la ciudad de Tucumán, Argentina. Habiéndose aprobado la Investigación diocesana de este Presunto milagro por su intercesión, se lo presentó a la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos, en Roma. Actualmente, es la doctora Silvia Correale la postuladora de la Causa.
Si es voluntad del Buen Dios que el milagro sea aprobado, esto nos llevaría, prontamente, a celebrar la beatificación de nuestra Madre Camila de San José Rolón.